viernes, 22 de mayo de 2009

Deja que tu dulce morada se ilumine con el brillo de las estrellas
y la melancólica luz de la luna
y que el gran sol derrame sobre ti sus esplendorosos rayos
cuando le temas a la permanencia de la oscuridad y del mal.
Acepta que la tierra te acoja en su seno,
que el serpenteante viento acaricie tu rostro,
que las aguas purifiquen tu cuerpo y tu alma,
mientras el fuego te seque con su poder divino.
Sólo entonces vivirás en tranquilidad con la naturaleza,
porque es la única conexión que tienes con tus antepasados
y tus antepasados son la herencia de lo que eres

No hay comentarios: